Gracias a mi conducta vagamente antisocial
temo no verme nunca encaramado a un pedestal.
No alegrará mi efigie el censo de monumentos,
no vendrán las palomas a rociarme de excrementos.
Y es una pena, la verdad,
porque sería muy bonito
seguir de adorno en mi ciudad
sobre un buen bloque de granito.
Pues qué penita y qué dolor,
pues qué penita y qué dolor.
No tendré estatua, no señor.
Gracias a mi postura más bien anticlerical
no será un siglo de éstos cuando entre al santoral.
No acudirán beatas a pedirme un milagrillo,
no vendrán los ladrones a vaciarme mi cepillo.
Y es una pena, la verdad,
porque tenía cierta gana
de echarle un ojo a la deidad
mientras me doran la peana.
Pues qué penita y qué dolor,
pues qué penita y qué dolor.
No tendré culto, no señor.
Gracias a que mi musa se las da de cerebral
son pobres mis compases para expresión corporal.
No danzarán mis prosas las reinas de discoteca,
no vendrán los carrozas a hacer su gimnasia sueca.
Y es una pena, la verdad,
porque sería algo inefable
cambiar la torpe realidad
y ser o Borges o bailable.
Pues qué penita y qué dolor,
pues qué penita y qué dolor.
No tendré el Nobel, no señor.
Gracias a mi tozuda decisión existencial
no cabe entre mis planes dar ningún salto mortal.
No gozará las honras funerales mi alma en pena,
no vendrán los gusanos a tirar de la cadena.
Y es una pena, la verdad,
porque sería algo divino
ver cómo todo es vanidad,
y yo en decúbito supino.
Pues qué penita y qué dolor,
pués qué penita y qué dolor.
No tendré esquela, no señor.
(c) Javier Krahe y Joaquín Sabina.
Me encanta...
ResponderEliminarEs que tienes muy buen gusto.
Muchos besos.
Pues creo que, estos dos autores se merecen un monumento, sino en mármol, si en el sentido de la belleza de cada quien que los admira.
ResponderEliminarAh, y tu también:):)
Abrazos
pues si,todo es vanidad y un correr tras el viento...
ResponderEliminarque tengas un fin de semana lindo,Dino.