jueves, 21 de diciembre de 2017

Otra vez Navidad.

Otra vez Navidad. Parece que fue ayer y, sin embargo, ha pasado todo un año (sin apenas lluvia) para llegar, de nuevo, a estas fechas tan entrañables y nefastas en las que más nos faltan nuestros seres queridos que ya no están. Hacemos de tripas corazón y, con mucho esfuerzo, procuramos no amargar las fiestas a nadie, pero cuesta tanto que se nos va en ello las pocas energías que nos quedan.
Hay que seguir tirando del carro, como los bueyes, aunque veamos pocas o ninguna salidas a esta crisis que nos llena por completo el alma de tristeza.
Pero no todo puede ser negativo. Habrá algún rayo de esperanza en alguna parte. Yo os deseo que ese rayo os ilumine en estos días a todos. Felices fiestas.
Javier Auserd.

martes, 10 de octubre de 2017

Olalla, pintor.

Para Poja
Hoy os presento a un artista extraordinario que se llama Juan Olalla Galán. Con sus acuarelas, transmite la fuerza y la expresividad de un verdadero creador que desarrolla su arte con la sencillez que le caracteriza personalmente.
Podéis ver una muestra más amplia de su ya extensa obra en http://olallaart.com
No os lo perdáis.
Javier Auserd.

lunes, 17 de julio de 2017

Olas de calor.

Estas olas de calor nos dejan para el arrastre. Son tan brutales que solo se combaten con un buen aire acondicionado que te deja la garganta echa polvo, la piel reseca y que en la calle no tiene ningún efecto. Lo peor son las noches con 28º en las que te falta la respiración y parece que te cueces en tu propia salsa y ni siquiera el ventilador (ya cascado y pesaroso) es capaz de mover la empantanada atmósfera de la habitación. La olas de calor nos irritan y nos vuelven puntillosos y agresivos y nos hacen hervir la sangre en las venas, Deberían de estar prohibidas y, sin embargo, junto con la sequía, es algo con lo que tenemos que aprender a convivir porque es el cambio climático que ya tenemos encima y nos hemos ganado a pulso solitos.
Javier Auserd.

viernes, 14 de abril de 2017

Viejos.

Qué doloroso y qué terrible es ser viejo. Te rompes la cadera, por ejemplo, y te inmovilizas por completo postrado en una cama de hospital hasta que te operan. Lleno de dolores infames e interminables, tienes que hacerte todo encima y esperar a que te toque el turno de que te cambien el pañal. Tienes que comer sin ganas y soportar la vía abierta en el brazo para que por ahí te cuelguen cables y catéteres. Tienes que soportar las medicinas que no puedes tragar y el agua con una pajita aunque las fuerzas no te den para que el líquido entre en la garganta.
Es horrible.
Tenía que haber algún sistema para ahorrarte todos estos inconvenientes, molestias y sinsabores que te ocurren cuando eres viejo, cuando has llegado a los últimos estertores de vida y de deterioro.
Es espantoso. 

martes, 21 de marzo de 2017

Calor y frío.

Decididamente el tiempo atmosférico está loco. En un mismo día nos achicharramos de calor y nos congelamos de frío. Ya no sabes qué ropa ponerte o quitarte porque no hay manera de saber qué es lo que hará. Y, claro, luego vienen los resfriados tan molestos e impertinentes que te dejan para el arrastre. Va a haber que ir como los turistas japoneses, equipados con sandalias, calcetines, bufandas, chubasqueros, gafas de sol, gorros, parkas, botas y mochilas con intermitentes para prevenir las inclemencias de todo tipo. Será que en Japón llegó antes el cambio climático.
Javier Auserd.