lunes, 3 de agosto de 2009

La consagración de la corrupción.


Pues nada, señoras y señores, ya lo saben: el poder Judicial español consagra que la corrupción no es un delito, como ha hecho el TSJ de Valencia en el caso Camps. Pero, ¡cuidado!, no tiremos cohetes. Esto sólo vale para los ricos. Y es que aunque suene antiguo y cutre, sigue siendo un tema de rabiosa actualidad. Que no se le ocurra a nadie más (y menos aún a cualquier pobre desgraciado no militante del P.P.) robar unas peras para comer, porque entonces caerá sobre él todo el peso de la Ley (la Ley del doble filo, la Ley del embudo, la Ley del más fuerte).
Sí, sí, a mí también me parece increíble estar diciendo esto en los inicios del siglo XXI, el siglo del viaje a Marte, de la chatarra espacial, los impunes incendios forestales, los asesinatos terroristas, los campantes pederastas eclesiales, el paro galopante, el exceso de garantismo a ciertos delincuentes, los yupis gobernantes y las gripes Zetas. Pero es así, por desgracia, y a las pruebas me remito: los políticos corruptos están de enhorabuena, sobre todo si son del P.P., por obra y gracia de la clase judicial española. Y todavía nos piden (nos obligan, nos exigen) que creamos en (o acatemos por narices) la Administración de Justicia (no confundir con la Justicia a secas, que es otra señora respetable y todavía exiliada).
Al final va a volver a ser verdad eso de las dos Españas: una la del P.P., privada, exclusiva, con más derechos y privilegios que nadie incluso a delinquir sin consecuencias, y la otra: pública, deteriorada, abandonada, depauperada, pobre y sin ningún tipo de derechos, tampoco a comer, ni a sanidad de calidad, ni a educación bendita ... ni a esa vida tan selectivamente sagrada.
No si, después de todo, Fraga (que sólo nos quería volver a ver en alpargatas) va a ser un santo varón.
Pues yo, que soy un tipo antiguo y trasnochado en plena extinción, qué queréis que os diga: que prefiero la Consagración de la Primavera de Stravinsky y la Primavera de Vivaldi.
Javier Auserd.

1 comentario:

  1. De momento los trabajadores, la gente, el pueblo, hemos dado un salto que nos coloca entre 25 y 30 años atrás.
    (Y espera, que se quede ahí y no sigamos retrocediendo)
    Es horroroso ver lo que nos están haciendo a los curritos con los ERES. Da igual que una empresa realmente lo precise, como que se lo monte mediante ingeniería contable. Reina una impunidad total y absoluta. Ya estamos en algo que podríamos llamar "el feudalismo postmoderno"
    ¡Alegría, alegría!

    Un abrazote.

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