Pero no escarmientan, no. Ellos siguen y siguen y siguen y siguen como si nada. Y la vida les atiza, les sacude, les revuelca y les deja en evidencia como si nada también. Pero no aprenden. No hay manera de que aprendan y se den un bañito de humildad, ni siquiera una triste duchita.
Yo lo siento mucho, pero a mí esa gente no me da pena aunque sí una profunda y conmovida lástima por las cosas que hacen y dicen para aparentar que son grandes señorones del siglo XIX o anteriores en un mundo cada vez más complejo y global donde los hijos de los multimillonarios van de pordioseros para pasar desapercibidos, donde nada es lo que parece y nada parece lo que es, como por otro lado ha sido casi siempre salvo en alguna remota capital de provincia.
Sin embargo, ellos continúan a lo suyo y terminan por resultar también irritantes y molestos con sus bobadas y sus errequeerres de ponerse en solfa ellos solitos. Dan mucha vergüenza ajena y aunque ellos se empeñen en que producen envidia, lo que producen es una risa floja y malvada.
Hay muchos "don quiero y no puedo" y es difícil esquivarles, pero si alguna vez dais con alguno, salid corriendo, amigos míos, no os entretengáis a comprobar si lo que digo es cierto o exagerado. Salid corriendo, corriendo como alma que lleva el diablo ... antes de que os atrapen en sus aburridas y pomposas garras de dorado falsete.
Javier Auserd.
Y cada vez abundan más, amigo mío. Un abrazote cariñoso y que tú y los tuyos entréis con buen pie en el 2010.
ResponderEliminarHannah
A mi me gusta la gente sencilla, que no necesita aparentar nada...
ResponderEliminarMuchos besos. Feliz Año 2010.
Completamente de acuerdo, Hannah y Sak, en la sencillez está el secreto.
ResponderEliminarFeliz año y besos también.