martes, 4 de mayo de 2010

Se llama 'traición'.

Que los especuladores ataquen a España como han hecho hoy mismo saltándose a Portugal y a Irlanda (como vaticiné) y el principal partido de la oposición (y sus medios de intoxicación) les apoye, les aliente, les de combustible y prefiera hundir a España en el fango para poder "gobernarnos" hundidos en él, se llamaba "alta traición" (más bien "baja estofa"), es vergonzosamente antipatriota y ahora se recoge en el art. 584 del blandito Código Penal (que pronto va a ser más blandito) como "Delitos de traición" y tiene una pena de prisión de seis a doce años. Si Zapatero y su equipo tuvieran lo que tenían que tener, presentarían denuncias judiciales por este delito contra los dirigentes de ese partido de la oposición. Pero, para más inri, vergüenza, escarnio y alegría de ese partido traidor y corrupto, no lo tienen. Ya sé que sufrimos un aparato judicial franquista y antiespañol, pero estoy seguro de que algo se podría hacer en ese sentido.
Yo no puedo entender cómo los servicios de inteligencia no tienen secciones económico informáticas para desplegar una guerra defensiva contra la guerra sucia pero demoledora con la que nos están atacando los especuladores que tienen nombre y apellidos, empresas y cuentas en los paraísos fiscales y que algún grado de vulnerabilidad tendrán. Pero eso debe ser porque yo ya no puedo entender casi nada y aún creo en la política-ficción. Sin embargo, sí entiendo que no basta con salir a los medios y decir dos chorradas endebles, tontas y nerviosas. Hace falta una decisión y una capacidad defensiva y ofensiva muy fuertes para responder a estos ataques con una contundencia democrática incontestable.
En fin, este es uno de esos días en que me da vergüenza haber nacido este país que, a pesar de todo, no se merece esto. Porque, como decía Antonio Machado, una de las dos Españas ha de helarnos el corazón: una por traidora y otra por cobarde. ¡Qué pena! ¡Que nos pase lo menos posible!
Javier Auserd.

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