domingo, 8 de agosto de 2010

La presidenta Obama.

Pocas cosas me hacen gracia últimamente y menos aún en medio de este sopor estival que nos cuece a fuego lento entre las arenas flotantes del desierto del Sáhara, los controladores aéreos, los fuegos y las altas temperaturas de Rusia y el pavoroso espectáculo del circo pseudopolítico nacional. Pero me tuve que reír ayer o antier cuando una mujer de Ronda dijo por la radio que había ido a ver a la presidenta de Estados Unidos.
Me parece bien que, a veces, se simplifique así y no lo veo como 'paletismo' o falta de información porque ahora hay un exceso de información mayor que nunca y probablemente se trate más de una instintiva reacción de autodefensa ciudadana ante tantas noticias (y tan mal dadas) que una mala interpretación de las mismas. Me hizo gracia la mujer porque resumió (con esa sabiduría popular, con esa proverbial gramática parda tan despreciada por los yupis de los equipos de los partidos politiqueros) de un solo golpe su particular visión del tema. La mujer del presidente es la presidenta como la mujer del alcalde es la alcaldesa y santaspascuas María.
Otra cosa es el revuelo que los medios de comunicación han montado, el bienvenidomistermarshallismo de 'nuestras' patéticas instituciones y el circo que la propia 'presidenta' y su 'corte celestial' han traído, pero a mí no me parece que los 'paletos' seamos los españoles sino los que nos 'dirigen' en cualquiera de las acepciones del término. Lo que somos los españoles es demasiado prudentes. No me extraña, después de una guerra y una represión salvaje y sin resolver luego de 70 años, ¡cualquiera se mueve! Y la que se nos viene encima. Y lo que te rondaré, morena.
Total que, a ver si la presidenta de Estados Unidos nos soluciona 'argo' (lo que sea).
Javier Auserd.

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