viernes, 15 de abril de 2011

Averno.


3. Lamentaciones.
Siempre he pensado que el mundo está mal, pero ¿quién tiene la culpa?, ¿quién hace que el mundo esté mal cada día? ¿Es que Dios hizo el mundo mal hace 15 mil millones de años y por eso esta mañana un conductor borracho ha matado a dos niños y a la chica que les llevaba al colegio y a la que sus padres no le han dado de alta en la seguridad social y ella sisaba todo lo que podía para ahorrar y traer aquí a su hermano que la pegaba unas palizas de muerte allá en su tierra natal ...? ¿O son los dioses los que todos los días preparan una lista de putadas o de satisfacciones a todos y cada uno de los casi 7 mil millones de humanos más las mascotas, más el resto de animales y de insectos del mundo? ¿Y no será que el mundo lo hacemos nosotros con pequeños gestos cada vez que, por ejemplo, molestamos al vecino o tragamos con una injusticia o con un abuso o miramos para otro lado o nos dejamos avasallar o perjudicamos a nuestros enemigos por el puro placer de humillarles? Es verdad que no podemos 'arreglar el mundo' como solemos decir a menudo pero de ahí a no hacer nunca nada positivo para la especie humana y nada por la Naturaleza que nos soporta como una plaga, va un gran abismo.
¿Entonces? ¿Será que hay cientos de millones de brujos haciéndonos vudú y misas negras y satánicas como locos para que no levantemos cabeza o lanzándonos males de ojos a mogollón para que no dejen de pasarnos desgracias?
No somos santos ni tampoco demonios, llevamos la semilla de unos y de otros dentro y según el momento y las circunstancias sacamos a unos o a otros y nos comportamos como monstruos o como héroes. Muchos fantasmas recorren el mundo, uno de los más terribles se llama 'pasividad ante la injusticia', se llama 'que se la jueguen otros', se llama 'aquí me las den todas', se llama 'soluciónamelo Tú, Dios mío para que me resulte más cómodo'.
La propia maldad humana es espeluznante y nos supera constantemente. Yo también tengo mi parte de culpa aunque no me guste ese concepto judeocristiano (lo puedo llamar responsabilidad) pero prefiero crear a un dios utilitario y multiusos que me resuelva de modo sobrenatural los problemitas cotidianos y los grandes problemones y si, de paso, me fulmina a Fulanito que me cae fatal, miel sobre ojuelas.
Este puente es cómodo y fresco. Está muy lleno, pero hemos conseguido (después de una breve y sangrienta refriega) un espacio suficiente que hemos limpiado y no está mal. Nos ha contado una conocida que nuestros vecinos se hundieron, por fin, en el trampal sin que nadie intentara auxiliarles. Se rumorea que el nivel de radiación es cada vez mayor aunque, como no hay tele, no hemos oído cifras que, por otro lado, no nos serviría de nada saber. Me duelen los puñetazos de la pelea y no hemos vuelto a poder ponernos la insulina ni el resto de las medicinas que tomábamos. Ya nos debe quedar poco. Lo peor son los niños, ver sus gestos sin esperanza. Uno me ha partido un diente de una patada, pero no le guardo rencor porque todos vamos a morir de un modo atroz. Señor, ten piedad de nosotros.
© Javier Auserd.

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