martes, 15 de noviembre de 2011

El burlador de Aranjuez (esperpento).


Encaprichose de Inés,
sobrina de un gran marqués,
esperando a fin de mes
un sustancioso parnés.
Engatusola el francés
y así ella olvidó, pues,
entorpecerle los pies
poniéndole del revés.
La abandonó, mas, después,
volviola a engañar Andrés
'Dos engaños ya, ¡pardiez!'
Y de nuevo echada es,
recordando, aquesta vez,
que en amor no hay dos sin tres.
© Javier Auserd.

2 comentarios:

  1. En asuntos de amor nadie está libre de engaños. Ni aún sabiendo a ciencia cierta eso del tropezar con la misma piedra y vueltas a empezar.


    Abrazos

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  2. Hola, preciosa, ¿cómo vas? Sí, Trini, en el amor y en más asuntos, pero el amor es especialmente sensible a los engaños. Besos.

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