jueves, 18 de junio de 2009

La L.M.E.


Es alucinante y, aunque parezca mentira, tengo observado que la inmensa mayoría de las malas prácticas de todo tipo y en todos los ámbitos, sectores y circunstancias se hacen por pura comodidad de quien las hace. Hay millones de ejemplos que van desde el mantenimiento de vías venosas innecesariamente abiertas en pacientes que ya no las necesitan y pueden ser un foco serio de problemas en los enfermos, hasta bolsas de basura dejadas en el suelo con los contenedores casi vacíos, pasando por aparcamientos en triple fila por no dar una vueltecita milagrosa, tapas de cubos de basura infecciosa y cabezonamente abiertas y, ya digo, millones y millones de gestos, actitudes, detalles o prácticas (a veces habituales, sistemáticas y nefastas) más.
Yo entiendo que los (mal llamados) humanos tendemos a la Ley del Mínimo Esfuerzo, que es una ley universal donde las haya, por definición, por inercia, por ignorancia, por comodidad (ya mencionada) o ... por simple mala leche, para qué voy a andarme con eufemismos chorras.
El problema se agudiza cuando a veces (muchas veces) resulta evidente que es más incómodo hacer las cosas mal que hacerlas bien y aún así las hacemos mal. Entonces el tema adquiere tintes aún más cabreantes y bochornosos porque ahí, hasta la Ley de la Comodidad Indiscriminada (o Ley del Mínimo Esfuerzo, antes citada) quiebra y entra en juego el consabido "el que venga detrás, que arree (espabile, se las apañe, se jorobe, etc.)" que es la base y la justificación del lastre anticívico y anticiudadano por excelencia.
Es que no escarmentamos, no hay manera, especialmente los españoles, tan "simpáticos", imaginativos, improvisadores y tal y cual, somos unos perfectos gilipollas (por decirlo de una forma suave) a la hora de la educación general básica, que tenemos todos suspendida (y suspensa y en suspenso). En fin, me temo que ... "pasarán más de mil años, muchos más ...", como dice la canción y seguiremos haciéndolo mal y teniéndolo todo hecho una mierda. Y eso que ¡mira que somos limpios, perfectos y sabihondos!

Javier Auserd.

2 comentarios:

  1. me encanta tu ironia,para revelar lo "buenos" que somos.
    besitos Dino,y que tengas un lindo día.

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  2. Y nos llamamos así mismos perfectos. Es nuestra propia necedad y debieramos de darnos cuenta que es mejor hacer las cosas bien que no mal, Con lo bien que te sientes si lo has hecho a conciencia.

    Somos cómodos y de eso hace ya mucho tiempo. Debiéramos abrir los ojos y pensar que lo fácil no siempre es lo mejor.


    Un abrazo.

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