Cuadro de conclusiones del economista italiano Carlo M. Cipolla sobre la estupidez.
La estupidez, queridos amigos (y amigas) es maravillosa: allana los caminos torcidos y las dificultades, las enfermedades crónicas o incurables y pone a nuestro alcance cualquier tipo de cosas imposibles. Debería ser obligatorio insertar en nuestras vidas y cerebros buenas dosis de estupidez y si consiguiéramos implantarla de forma definitiva, mucho mejor: la vida sería más hermosa, fácil y optimista, sería desterrada la miseria, la fealdad, el sufrimiento y lo desagradable y nada superguay, osea.
Los estúpidos son magníficos expertos en minimizar (anular o negar) las molestias que ocasionan ellos y maximizar las que ellos dicen soportar. Yo creo que debería considerarse a la estupidez como una escuela sofista y cínica al modo de la Grecia antigua por su técnica depurada y sus aportaciones innegables e impagables al comportamiento humano y a las relaciones sociales.
Otra vertiente de la estupidez es irse al extremo de la verdad grosera, desagradablemente gratuita, inoportuna e hiriente, pero esa es otra historia que trataré otro día.
La estupidez llama a lo negativo con nombres bonitos y con eufemismos brillantes que hacen al mundo más colorido y soportable por muy terrible que parezca. No importa el rigor científico, no importa la lógica ni la razón ni el frío reduccionismo empírico. Fuera ese lastre realista y nefasto, fuera, fuera. Es mejor ver y enfocarlo todo desde el prisma mágico aunque resulte inútil, absurdo y poco práctico. No importa. Lo importante es anestesiarse, ilusionarse, incluso engañarse si fuera preciso con tal de decir siempre una y otra vez, suceda lo que suceda: "¡Qué bien, qué bien, qué bien, qué bien!".
Por eso, yo siempre digo: "¡Bendita estupidez! ¡Es tan cómoda ... y decorativa! y, además, queda requetebien".
Javier Auserd.
Pues sí, la estupidez es cómoda. Y la mayor parte de la gente tiene algo de estupida. Nos quedamos impasibles ya ante todo.
ResponderEliminarUn beso.
El estupido daña mas que cualquiera incluso que el malvado, ni buenos, ni siquiera inteligentes pueden contener esa energía, los malos los han usado por centenares de años y como les ha ido de bien!, han metido una gran masa estupida y amorfa de escaso raciocinio, casi rozando la nulidad, entre concreto y vidrios y le sacan todo lo que NUNCA tuvieron dia a dia, le quitan aquello que si tienen que es muy preciado pero ellos nunca se dan cuenta cambian eones por papeles verdes de ¨felicidad¨...
ResponderEliminarEsta historia me es conocida...
que estupido!!
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