martes, 22 de septiembre de 2009

Los caminos del señor. Javier Krahe.


La otra tarde en una iglesia,
que era fiesta de guardar,
me dio un ataque de amnesia,
no podía recordar
a quién coño fui a rezar.
Yo, que siento por Jesús:
¡repelús!
Imaginad mi problema,
cualquier otro sin mi fe
con seguridad: blasfema
o se va a tomar café.
Pero yo no flaquee.
No podía estar allí
porque sí.
“He perdido la memoria",
le expliqué a un santo varón,
"Eche una jaculatoria
o una salve a mi intención,
tengo un lío del copón,
no comprendo, ¡ay de mi!
qué hago aquí”.
“Calma", me dijo el beato,
"Por mi honor de sacristán
rezaré a san Cucufato,
tus recuerdos volverán
o sus huevos sufrirán”.
Y le ató al pobre un cordel,
¡qué cruel!
Recuperé por entero
gracias a su intercesión
la memoria y un mechero
que no entraba en la oración
¡eso sí que es devoción!,
le quedaba además
mucho gas.
Le di lumbre a un monaguillo
y una hostia al sacristán
y les vacié el cepillo
a san Cosme y san Damián
recordando que mi plan
era entrar a aquel lugar
¡a robar!
Tu que nunca vas al templo,
tu que estás en el error,
toma de mi historia ejemplo,
rectifica pecador
y recorre sin temor
los caminos del señor,
todo amor.
c) Javier Krahe

1 comentario:

  1. Este hombre es una suerte de "trovador ácido" que quizás no ha tenido todo el reconocimiento que mereciera.
    Un tío ingenioso y agudo como pocos.

    Un abrazote.

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