miércoles, 14 de abril de 2010

CONSTITUCIÓN DE LA REPÚBLICA ESPAÑOLA.

España, en uso de su soberanía, y representada por las Cortes Constituyentes, decreta y sanciona esta Constitución.
Título Preliminar.
Disposiciones generales.
Artículo 1.º España es una República democrática de trabajadores de toda clase, que se organiza en régimen de Libertad y de Justicia.
Los poderes de todos sus órganos emanan del pueblo.
La República constituye un Estado integral compatible con la autonomía de los Municipios y las Regiones.
La bandera de la República española es roja, amarilla y morada.
Artículo 2.º Todos los españoles son iguales ante la ley.
Artículo 3.º El Estado español no tiene religión oficial.
Artículo 4.º El castellano es el idioma oficial de la República.
Todo español tiene obligación de saberlo y derecho de usarlo sin perjuicio de los derechos que las leyes del Estado reconozcan a las lenguas de las provincias o regiones.
Salvo lo que se disponga en leyes especiales, a nadie se le podrá exigir el conocimiento ni el uso de ninguna lengua regional.
Artículo 5.º La capitalidad de la República se fija en Madrid.
Artículo 6.º España renuncia a la guerra como instrumento de política nacional.
Artículo 7.º El Estado español acatará las normas universales del Derecho internacional, incorporándolas a su derecho positivo.
(...)
Palacio de las Cortes Constituyentes a 9 de Diciembre de 1931.

Y esto era sólo el Título Preliminar, de los 125 artículos que la componen, de la Constitución más progresista de España y del mundo entero. Claro que la aristocracia, la oligarquía financiera y terrateniente y la iglesia tenían que ordenar a unos cuantos traidores al ejército de entonces que descabezaran esta República a sangre y fuego, pero no contaban con la heróica resistencia del pueblo trabajador, de modo que, después de tres años de masacre, soltaron a los escuadrones del "viva la muerte, muera la cultura" para que sembraran las cunetas de cadáveres con terror y tiros por la espalda y de miedo los corazones de los vivos que hasta 70 años después no se han atrevido a reclamar el sagrado derecho de enterrar a sus asesinados.
Ahora la historia se repite de otra forma, con otras formas, mediante un intento de golpe de estado judicial con complicidades pseudopolíticas vengativas y traidoras. Ojalá que esta vez les salga el tiro por la culata a todos esos bastardos, compañeros de viaje macabro.
Javier Auserd.

2 comentarios:

  1. Desde aquí se entiende la indignación. Es como cuando en Argentina no se podía juzgar a los genocidas.
    Pero me enteré que aquí se iniciaran algunos juicios que damnifican a argentinos, por sus parientes españoles (la historia se repite pero al revés)
    Quizás los precedentes, ayuden a encontrar la justicia.

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  2. Es difícil conseguir la libertad...Pero uno no debe cansarse nunca de luchar por ella y por la justicia.

    Un beso.

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