domingo, 2 de enero de 2011

La sacrosanta salud social (Fumad, fumad, malditos).

Si el gobierno estuviera de verdad tan preocupado por nuestra salud prohibiría la fabricación del tabaco y dispensaría los tratamientos adecuados a los afectados hasta su curación completa, máxime cuando es responsable directo de que hayan contraído esa toxicomanía. Pero eso no sucederá porque es mentira que les importe algo una salud contra la que ellos han atentado y ahora si te he visto, no me acuerdo.
El gobierno es, en este tema del tabaco, camello, policía y juez al mismo tiempo y recauda y criminaliza y detiene, condena y sanciona al toxicómano que (encima) le sigue comprando.
El vicio del tabaco fue algo inculcado, inoculado, infectado desde el todopoderoso padre Estado franquista con ayuda de las películas de Hollywood, que nos obligaba a fumar y a beber si queríamos ser unos machotes y unos buenos españoles, pero ahora ese mismo Estado (con otras vestiduras) se lava las manos mientras las tiende por detrás para coger los impuestos que le reporta la execrable y dañina droga.
A mí me parece muy bien que los colectivos médicos se preocupen por la salud de la población, pero no que criminalicen e insulten a los fumadores llamándoles envenenadores, porque no hace tantos años que los pacientes teníamos que soportar el humo asesino de los médicos que pasaban consulta fumando (eso lo he vivido yo mismo en vivo y en directo) y nadie les ha pedido ninguna responsabilidad por ello ni se les ha insultado ni acusado de su crimen. Tampoco ellos han hecho la más mínima autocrítica.
Yo hace 20 años que dejé de fumar pero me parece un escándalo indigno y vergonzoso la criminalización de los fumadores a los que empujó el Estado, la Iglesia y la Medicatura y ahora les trata como a los peores delincuentes del Universo.
Ya sé que es imposible, pero estaría cojonudo que los 10 millones de fumadores dejaran de fumar (o por lo menos de comprar) al mismo tiempo, a ver qué tal les sentaba a los malditos fariseos burócratas recaudadores médicos y laicos y tertulianos venenosos de mierda. Igual, entonces, los enfurecidos ultrasanos tenían que pedir a los viles fumadómanos que no fueran tan 'radicales'.
Ah, por cierto, ni feliz año ni ... nada, que además tengo un gripazo alucinante encima (como hacía 15 años que no tenía) a pesar de (o igual por) haberme vacunado. ¡Estoy de mediquitos ...!
Javier Auserd.

4 comentarios:

  1. Suscribo, compañero. Y añado:
    Yo que llevo fumando desde siempre -salvo algún parón aislado- puedo apuntar y apunto, que el tabaco ya no es lo que era. Siempre ha sido malo, por supuesto, pero por desgracia he asistido a su gradual "evolución" y en el último par de décadas, su adulteración ha sido impresionante. Hay cigarrillos que arden como la pólvora, como el fósforo. En cuatro chupadas te lo ventilas y ya quieres otro. Ya no se le apaga a uno un cigarrito en el cenicero ni de coña, cuando antiguamente era normal que pasase. Creo sinceramente que ahora mismo el tabaco es aún más adictivo y más malo en todos los sentidos. (mis amigos fumadores opinan igual)
    Digo yo que mientras no lo prohiban de raíz, los gobiernos -sanidad- podrían preocuparse al menos de investigar qué sustancias innecesarias le está añadiendo la industria tabaquera.

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  2. Estoy de acuerdo contigo y con Blas Deker, no puedes prohibir por un lado y lucrarte por otro, eso es de un hipócrita... Yo también soy de las que piensa que ojalá todos dejasen de comprar ni que fuese un mes, ya veríamos cuanto tardan en ponerse las manos en la cabeza... Mas ayudas y soluciones a la crisis y menos gilipolleces anti tabaco o anti piratería, así va el país, que vergüenza!!!

    Feliz año nuevo Javier, aunque estés resfriado ;)

    Y, un beso y un abrazo

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  3. Totalmente de acuerdo contigo, pero ¿la Iglesia fomentó el tabaco?

    Yo tampoco fumo hace unos años, pero me parece fatal lo que están haciendo, y es tal y como lo dices. Las soluciones, tenían que haber sido otras.

    Un beso.

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  4. Vaya... no estás en un buen momento, o estabas, ya que la entrada tiene días.
    Hoy soy yo el constipado, pero a mi me dura un día a lo sumo, probablemente porque no he sido fumador.
    El Estado es malo, muy malo, y más para un tipo como yo, anarquista convencido; pero tan malo como lo pintas creo que no.

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