Siguen los conflictos, los papelotes, las complicaciones, los errores, contratiempos, malentendidos. Todo es como una inmensa nube que presiona y presiona sin permitir el sosiego o la tranquilidad. Es un dolor de estómago que atenaza y molesta sin piedad. Como dijo Miguel Hernández: "¡Cuánto penar para morirse uno!".
Javier Auserd.
Javier Auserd.
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