El fanatismo es una lacra sangrienta que destruye vidas y lanza a la muerte y a la desesperación en nombre de la soberbia y la ira cobarde e inhumana. Acabamos de vivir hoy mismo el asesinato de la diputada británica Jo Cox por sus ideas, frente a un monstruo, un psicópata sin entrañas y sin corazón. Y ayer fue Orlando y tantos y tantos otros ejemplos todos los días de ceguera mental y paroxismo bárbaro. No hay nada que hacer, siempre habrá asesinos, forma parte del lado oscuro de la condición humana. Pero sí hay algo que podemos hacer: rechazar profundamente el delito y trabajar, cada uno en lo suyo para que no vuelvan a triunfar los verdugos.
Javier Auserd.
Javier Auserd.
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